viernes, 24 de febrero de 2012

Propuesta para eliminar ajustes fiscales tardíos

Publicado en el FORO del FMI

En respuesta a un artículo: “El ajuste fiscal ¿deja de ser bueno cuando es demasiado?” de Carlo Cottarelli (Director de Finanzas Públicas del FMI) expongo un punto de vista que puede contribuir a solucionar futuros problemas fiscales. El mismo fue publicado en la FORO del FMI el 14 de Febrero del 2012.
  
 

miércoles, 22 de febrero de 2012

El modelo europeo está agotado por exitoso


Nadie duda sobre los poderosos efectos iniciales que tuvo la conformación del segundo bloque económico del mundo para las economías europeas. La integración generó fuertes mecanismos para la expansión de la actividad y el crédito, tanto para los gobiernos como para los privados y justamente esto último parece estar sellando su suerte. El descenso en los tipos de interés debió haber sido utilizado para acelerar las reformas estructurales, para incrementar la solvencia, para reformar el sistema bancario, para achicar el riesgo sistémico y para conformar una zona en la cual sus miembros se parezcan. Lo acontecido refuta lo anterior. Grecia, por tomar un ejemplo aunque no es el único caso, se incorpora a la Unión durante el 81 y a la Eurozona en el 2001. Durante 1990 el déficit ya conformaba 14.5% del PBI y la deuda pública alcanzaba el 73% del producto. El ingreso a la zona mejoró los estándares sociales y de bienestar poblacional pero en forma paralela motorizó el gasto y el endeudamiento irresponsable, tanto público como privado. La deuda pública durante el 95 alcanzó el 110% del PBI y 10 años después el 135%. Con el advenimiento de la crisis internacional que impacta en la Eurozona a partir del 2007 los indicadores fueron empeorando, el déficit se instaló en los dos dígitos largos como porcentaje del producto y la deuda superó el 160% del PBI.  


Dinero fresco, refinanciaciones, quita homérica, encuentros y desencuentros, leña para la caldera de los mercados y grandes interrogantes futuros. Existe una sensación de que nada es suficientemente bueno para despejar las dudas. ¿Qué es lo que realmente ocurre? La respuesta es obvia, el problema no es más financiero, es de funcionamiento de la zona. El modelo se agotó y no puede dar más respuestas en estas condiciones a las diferentes dificultades que presenta la actividad económica contemporánea.
Las respuestas parecen obsoletas. Acalorado debate académico y político sobre la eventual solución, rememorando viejas contiendas entre clásicos y keynesianos. Repartija de responsabilidades, pase de facturas y posiciones extremas. Sin embargo, la economía moderna no permite ser tan ultra en nada. A las claras, estamos frente a una crisis no convencional, que tiene ya 5 años de duración, que se ha desparramado por todo el globo, afectando a las naciones más grandes, que ha modificado el ranking de poderío económico y que posiblemente dure mucho tiempo más. Estamos frente a algo novedoso, no es la crisis versión 70/80/90 o punto com y los antídotos no generan el efecto deseado. 


La heterodoxia auspicia un gasto mayor como solución al problema. Es decir, generar más insolvencia sobre la insolvencia, sencillamente no parece coherente. Tampoco parece auspicioso ahorcar más al ahorcado y pedir más y más ajuste como señala la austeridad. Sabemos que generará más recesión y reeditará ciclos viciosos en niveles más bajos. ¿Entonces? No parece haber solución tradicional a la vista. Tal vez un mix, con mucha sensatez e innovación pueda resolver el problema de manera gradual. ¿Qué se buscó con el último salvataje? Según el propio Ministro de Finanzas de Suecia: “A pesar de haber dado un paso considerable al frente, Grecia permanece atascada en su tragedia. Este es un nuevo capítulo de un largo drama”.
Tal vez se ha buscado ganar tiempo. Tal vez circunscribir el riesgo a Grecia, pero lo más probable es que no esté solucionado. Un artículo interesante del Financial Times de los últimos días fue titulado “Grecia debe devaluar para tener democracia”. En el mismo se citaba que ciertos sectores proponían suspender las elecciones en Grecia, asegurando la continuidad de Papadimus, con el objetivo de garantizar la austeridad. Suena bastante extremo. Los ajustes parecen no haber surtido el efecto deseado en Latvia, ¿por qué lo harán en Grecia? Es probable que lo que se le esté pidiendo a Grecia sea irrealizable, pero también lo es que los países de la Eurozona puedan permanecer, por lo menos en su mayoría, unidos como hasta ahora.