Cuando una
economía funciona bien en serio hay tres comportamientos que siempre se
manifiestan: aumento de la inversión, crecimiento de Reservas Internacionales y
financiamiento voluntario abundante.
Durante el
período (1992/96), la Argentina registraba un promedio anual de U$S 4.683 millones
de Inversión Extranjera Directa (IED) y constituía el 17% del total de lo que
venía a la región. En aquel momento, Brasil capturaba U$S 4.497 millones, Chile
U$S 2.465, Perú U$S 2.000, Colombia U$S 1.443 y Uruguay U$S 110 millones.
Durante el
2011, Brasil acaparó U$S 66.660 millones (43,4% del total), y un crecimiento de
1382% contra el período (1992/96). En Uruguay se observa un aumento de 2198%,
en Colombia 817%, Chile 602%, Perú 283%
y en la Argentina solamente 55%, en el mismo lapso de tiempo. De esta
forma, la Argentina pasó de ser el primer país receptor de (IED) de América del
Sur (92/96), al quinto durante 2011, con U$S 7.243 millones, es decir 11% de lo
que va a Brasil.
Observando
la evolución de las Reservas en los últimos años, se registra un crecimiento
sostenido hasta el 27 de marzo de 2008, U$S 50.517 millones, pero a partir de
allí solo aumentaron un 4,2% en los casi tres años posteriores. Nuevos techos
se alcanzaron el 26 de enero de 2011 con U$S 52.654 millones y después todo fue
barranca abajo. Al momento de escribir este artículo totalizaban U$S 46.737
millones. Cabe destacar que esto no es lo acontecido en la región. América
Latina incrementó sus Reservas en cuatro
años completos (2008/2011) en un 74%. Chile 151%, Uruguay 149%, Paraguay 120%,
Brasil 95%, Perú 76% y Colombia 63%. La Argentina solamente 1% y Venezuela
pierde 13%.
Otras
comparaciones: A finales del año 2000 los dos grandes del Mercosur tenían casi el mismo nivel de Reservas.
Brasil 32.990 millones de dólares y la
Argentina 32.704 millones. Mientras el primero multiplicó por 10,5 su stock y
supera los 352 mil millones de dólares, el segundo suma 46.376 millones, sólo
un 40% más, al final del 2011. Sin ir más
lejos, tomando solo el año 2012 (hasta el 8 de junio), Brasil incorpora a sus
Reservas U$S 20.413 Millones de dólares, la Argentina con cepos de todo tipo solo
U$S 361 Millones.
En cuanto
al financiamiento, no existe acceso a deuda voluntaria en los mercados desde el
año 2007. Pasados más de diez años, el país ni siquiera ha superado
completamente el default 2002. Club de Paris, juicios en el CIADI y remanente
de houldouts, aunque minúsculo, permanecen sin solución. La prima de riesgo
argentino en 1084 puntos básicos, nivel similar
al registrado en los primeros diez días de julio 2001, supera ampliamente a Brasil
(210 pb), Uruguay (220 pb), Perú (175 pb) México (180 pb), Colombia (160 pb) o
el mismo Chile (158 pb). Solo Venezuela (1103 pb) es más riesgosa que la
Argentina. La deteriorada situación fiscal, que pasó de superávit récord 2004 a
déficit fiscal a partir de 2009, explica demasiado.
América
Latina no es homogénea y la explicación de la crisis global para justificar las
desventuras criollas es, por lo menos, equivocada. Toda la sintomatología
evidencia que el modelo está agotado. Las restricciones cambiarias y de libre
comercio ponen aún más en evidencia lo anterior. Esto tampoco ocurre en los
países de la región, salvo en Venezuela.