lunes, 23 de enero de 2012

Argentina y el recrudecimiento de la crisis internacional

Publicado en El Cronista Comercial
 
¿Argentina está blindada ante un recrudecimiento de la crisis internacional? La respuesta parece deducible de la historia. ¿Lo ha estado durante el 2008/2009, o en las décadas del 30/70/80, o durante las dos grandes guerras mundiales?
 
El efecto contagio está relacionado con la cantidad de flujos financieros y comerciales que se registran con el mundo. Un gobierno solo puede atemperar la crisis potenciando el mercado interno y ampliando sus márgenes de solvencia y liquidez, pero difícilmente pueda eliminar un efecto adverso en su totalidad por más empeño que ponga.
 
Ahora bien, ¿cuáles son los mayores peligros externos que se enfrentan? Los caminos conducen a Europa y Estados Unidos. En ambos casos hay señalas alarmantes y también ambos dos conforman puntos de interés para nuestro sector exportador. Durante el 2011, la UE fue el segundo destino de nuestras exportaciones con un 17% del total, siendo solo superado por el Mercosur. En tanto el Nafta fue el cuarto bloque en importancia  con un 9% del total, donde  más de la mitad de esas compras corresponden solamente a los Estados Unidos.
  
La crisis de la deuda de Europa tiene un final abierto e impredecible, mientras que la principal economía del mundo no termina de solucionar sus viejos problemas y podría verse afectada frente a un empeoramiento de Europa.
 
¿China e India pueden sustituirlos? La historia nuevamente. No lo han logrado durante el 2009, es poco probable que puedan en la actualidad.
 
En cuanto a Estados Unidos y analizando los últimos comunicados de la FED queda en evidencia que el temor sigue estando más sesgado hacia la deflación que a la inflación, preanunciando que el crecimiento es más bien lento. Si bien hay algunos indicadores que mostraron cierta mejoría últimamente, lo más problemático sigue estando en los mismos lugares. Por el lado de las luces, el informe de empleo de diciembre (preliminar) marca que se construyeron 200.000 puestos, registrándose un descenso en la tasa de desempleo que se ubicó en torno a 8,5%. Para ser justos también hay que decir que la economía americana necesita un promedio de 150.000 puestos de trabajo creados por mes para absorber a la cantidad de nuevos trabajadores que ingresan al mercado. Durante todo 2011 creó 1.640.000 puestos netos, lo que hacen a 137 mil promedio por mes. Durante el 2010 creó 940.000, mientras que en el periodo 2008/2009 destruyó 7.818.000 puestos de trabajo netos. El balance de los últimos 4 años arroja una destrucción neta de 5.238.000 empleos. Un dato escalofriante lo configura las 41 semanas que un norteamericano se encuentra desempleado en promedio, mientras que en la década del 80 (peor momento después de la SGM) alcanzaba 21 semanas.
 
Paralelamente, el consumo también pareció avanzar a un mejor paso sobre final del año pasado, siendo la revitalización incipiente del crédito un fuerte estimulante. Pero las sombras aparecen en los precios inmobiliarios, piedra angular de la crisis. El último dato disponible (octubre 2011 medidos por S&P en 20 ciudades) evidencia una reducción de 33% comparados a los valores previos a la crisis, constituyéndose así en el peor registro desde marzo del 2003 a la fecha. En tanto que los números fiscales se encuentran comprometidos y los ajustes de gasto público que se están llevando adelante difícilmente puedan evitar que el Presidente Obama vuelva a solicitar ampliaciones de deuda, en un año que para colmo de males enfrentará elecciones presidenciales y en donde puede tambalear la AAA.
 
Una salida rápida vendida masivamente durante años anteriores parece no tener su correlato en la realidad, y ahora el interrogante podría nuevamente aparecer en un futuro próximo.