Dos indicadores ponen de
manifiesto que las trabas, cepos y prohibiciones no funcionan de largo plazo.
Desde octubre de 2011, una
vez dirimida la elección Presidencial, las trabas a las importaciones y el cepo
al dólar fueron las respuestas al deterioro que proponía la realidad. Se fueron
haciendo cada vez más extensivas con el paso del tiempo y últimamente el
gobierno se embarcó en una nueva cruzada para domesticar al dólar. ¿Lo logrará?
La economía moderna no se
mueve por órdenes, lo hace por incentivos.
Por ejemplo, si el dueño de
una empresa obliga de buenas a primeras, a que su personal asista a trabajar
con bonete, puede lograrlo un tiempo. Al principio, los empleados sorprendidos
por la extravagante decisión y para no perder su empleo, se presentarán a
trabajar con bonete. Pensarán que es algo pasajero, pero al verlo firme e
incómodos por la situación buscarán eludirlo, o sea buscarán otro trabajo. Lo
mismo ocurre con las imposiciones que ha efectuado el Ejecutivo en materia
económica. Al principio los actores económicos sorprendidos por la normativa
acatan hasta ver qué ocurre, pero después operan para eludir la incomodidad.
Con los datos de los
primeros cinco meses del 2013 estas cuestiones quedan en evidencia.
Por un lado, las
importaciones a lo largo del 2013 le ganan la carrera a las exportaciones. El
acumulado (enero – mayo) marca que las compras externas crecen 13% interanual, mientras
las ventas sólo el 2,6% y ocasiona un deterioro de la balanza comercial, es
decir menos dólares que era justamente lo que el gobierno quería evitar con sus
medidas.
En los meses siguientes a la
imposición de restricciones (Dic.11- Mar.12) el saldo comercial crecía a una
tasa interanual promedio del 73% (funcionaba). En el período (Abr.12 – Sep.12)
el ritmo de avance se había reducido a un 30% promedio y en los primeros cinco
meses de este año el saldo comercial retrocede un 40% (dejó de funcionar). Resulta
evidente que la balanza comercial pierde peso en la economía a pesar de las
trabas.
Paralelamente, el cepo al
dólar tampoco le permitió al Banco Central mejorar sus compras ni preservar las
Reservas.
En los primeros cinco meses
del año pasado la Autoridad Monetaria adquiría en el Mercado único de cambios U$S
6.629 Millones. Con más cepo y más trabas, en los primeros cinco de este año
solamente consiguió comprar el 11%, o sea U$S 731.
Esto ocasionó que las Reservas
pierdan U$S 4.739 Millones en sólo cinco meses, mientras que en el mismo
período del 2012 ganaban U$S 602 millones, que ya de por sí no alcanzaba.
Más allá de lo que suceda de corto plazo, al fin y al
cabo no sirve obligar a los empleados a que utilicen bonete.