lunes, 23 de julio de 2012

La Argentina y la región no cabalgan juntas

Publicado en la Revista Bank Magazine
 
Cuando una economía funciona bien en serio hay tres comportamientos que siempre se manifiestan: aumento de la inversión, crecimiento de Reservas Internacionales y financiamiento voluntario abundante.
  
Durante el período (1992/96), la Argentina registraba un promedio anual de U$S 4.683 millones de Inversión Extranjera Directa (IED) y constituía el 17% del total de lo que venía a la región. En aquel momento, Brasil capturaba U$S 4.497 millones, Chile U$S 2.465, Perú U$S 2.000, Colombia U$S 1.443 y Uruguay U$S 110 millones.
  
Durante el 2011, Brasil acaparó U$S 66.660 millones (43,4% del total), y un crecimiento de 1382% contra el período (1992/96). En Uruguay se observa un aumento de 2198%, en Colombia 817%,  Chile 602%, Perú 283% y en la Argentina solamente 55%, en el mismo lapso de tiempo. De esta forma, la Argentina pasó de ser el primer país receptor de (IED) de América del Sur (92/96), al quinto durante 2011, con U$S 7.243 millones, es decir 11% de lo que va a Brasil.
  
Observando la evolución de las Reservas en los últimos años, se registra un crecimiento sostenido hasta el 27 de marzo de 2008, U$S 50.517 millones, pero a partir de allí solo aumentaron un 4,2% en los casi tres años posteriores. Nuevos techos se alcanzaron el 26 de enero de 2011 con U$S 52.654 millones y después todo fue barranca abajo. Al momento de escribir este artículo totalizaban U$S 46.737 millones. Cabe destacar que esto no es lo acontecido en la región. América Latina incrementó sus Reservas  en cuatro años completos (2008/2011) en un 74%. Chile 151%, Uruguay 149%, Paraguay 120%, Brasil 95%, Perú 76% y Colombia 63%. La Argentina solamente 1% y Venezuela pierde 13%.
 
Otras comparaciones: A finales del año 2000 los dos grandes del Mercosur  tenían casi el mismo nivel de Reservas. Brasil 32.990 millones de dólares  y la Argentina 32.704 millones. Mientras el primero multiplicó por 10,5 su stock y supera los 352 mil millones de dólares, el segundo suma 46.376 millones, sólo un 40% más, al final del 2011. Sin ir más lejos, tomando solo el año 2012 (hasta el 8 de junio), Brasil incorpora a sus Reservas U$S 20.413 Millones de dólares, la Argentina con cepos de todo tipo solo U$S 361 Millones.
 
   
En cuanto al financiamiento, no existe acceso a deuda voluntaria en los mercados desde el año 2007. Pasados más de diez años, el país ni siquiera ha superado completamente el default 2002. Club de Paris, juicios en el CIADI y remanente de houldouts, aunque minúsculo, permanecen sin solución. La prima de riesgo argentino en 1084 puntos básicos,  nivel similar al registrado en los primeros diez días de julio 2001, supera ampliamente a Brasil (210 pb), Uruguay (220 pb), Perú (175 pb) México (180 pb), Colombia (160 pb) o el mismo Chile (158 pb). Solo Venezuela (1103 pb) es más riesgosa que la Argentina. La deteriorada situación fiscal, que pasó de superávit récord 2004 a déficit fiscal a partir de 2009, explica demasiado.
 
América Latina no es homogénea y la explicación de la crisis global para justificar las desventuras criollas es, por lo menos, equivocada. Toda la sintomatología evidencia que el modelo está agotado. Las restricciones cambiarias y de libre comercio ponen aún más en evidencia lo anterior. Esto tampoco ocurre en los países de la región, salvo en Venezuela.