miércoles, 11 de julio de 2012

El Acuerdo de Libre Comercio con China no es opción

Tras  la visita de autoridades Chinas al país, comenzaron a tejerse especulaciones, acuerdos y anuncios de inversiones que nunca faltan. Aunque este constituye un tema de fondo y de vital importancia, ha sido eclipsado por la siempre urgente coyuntura política. Sin embargo, es necesario preguntarse… ¿será lo mejor que le puede pasar a la Argentina en este momento?
       
Si bien el libre comercio, en la teoría puede resultar ideal, en la práctica muchas veces no lo es. Para avanzar con ideas como estas, siempre hay que estudiar muy bien a la contraparte. En este caso es China, que tiene una fuerza laboral increíble, que en dos o tres años inserta 150 millones de personas al mercado de trabajo de su país, que no posee una economía libre y que maneja arbitrariamente su tipo de cambio, entre otras cosas. Todo esto para la Argentina es un gran problema, porque es una contraparte con la cual no puede competir en igualdad de condiciones. Incluso, con todas las trabas que ejerció la Argentina en los últimos años, registró un déficit bilateral de 8.091 Millones de dólares en el período (2008-2011).
 
  


Aunque, las perspectivas de un acuerdo de libre comercio pueden lucir favorables de corto plazo, pueden también resultar muy perjudiciales de largo, especialmente para el  sector industrial o para los sectores que habían comenzado a implementar el proceso de sustitución de importaciones. Con China en un juego abierto, esto será imposible de mantener. 
    
En cuanto a la exportación de granos y alimentos, no hay nada que temer. El mercado mundial es reducido en cuanto a jugadores. No hay muchos países que puedan producirlos y menos en la cuantía que lo hace la Argentina.  Si tienen que comprar alimentos no pueden adquirirlos de  Noruega o Finlandia, tarde o temprano tienen que caer en Argentina. Entonces, en este caso el libre comercio, no es necesario, y las eventuales represalias comerciales constituyen una amenaza no creíble.
  
Por otra parte, pese a su magnitud y su peso específico en el mercado de materias primas, China no es el mayor comprador de la Argentina. El mayor comprador de la Argentina fue y es el Mercosur,  y como país Brasil. China el año pasado le compra a la Argentina el 8% de las exportaciones totales. Por ejemplo, la Unión Europea compró el 17% del total y el Mercosur 25%. China 8%, España 4%, Inglaterra 3%, Alemania 3%, Chile 5% y Brasil 20%. Es decir, hay que tener en cuenta cuáles son los mercados de exportación y también en qué productos debe posicionarse el país de largo plazo. ¿Se busca solamente ser un exportador de materias primas o generar valor a través de una matriz diversificada? Si fuera este último el caso, es conveniente incentivar a los sectores con menor ventaja comparativa. Si se suscribiera un convenio de libre comercio con China, se los amenazaría. Una apertura sin una muy buena planificación previa puede llegar a ser letal e irreversible.
 
Si se quisiera avanzar en el libre comercio tiene que hacerse teniendo en cuenta muchas situaciones, y el manejo de la pauta cambiaria es una de ellas. Ni siquiera los Estados Unidos y Europa han podido convencer a China que deje flotar su moneda libremente. Por eso, para evitar decepciones, es conveniente leer la letra chica de los contratos y no quedarse solamente con el gran anuncio. Uno de los deberes de todo funcionario público es el de defender los intereses nacionales a como dé lugar, como lo hacen todos de los países pujantes del mundo, inclusive China. Da toda la sensación que con lo que está sobre la mesa no se puede avanzar.